Sinopsis de contraportada:
"Uriel" es la quinta entrega de "La llave del tiempo", una serie que combina la fantasía y la ciencia ficción para crear un universo propio lleno de riqueza y atractivo.
Después de cumplir las tres arriesgadas misiones de la llave del tiempo, Martín y sus compañeros se enfrentan a un nuevo dilema: ¿Deben regresar de inmediato a su época para contar lo que han averiguado, o quedarse en el mundo que conocen para participar en la apasionante aventura espacial que está a punto de comenzar? La decisión no es fácil, pero un acontecimiento terrible e inesperado les indicará qué camino seguir.
Tenía muchas ganas de leer este libro, ya que tras lo sucedido en El jinete de Plata, tenía mucha intriga por saber qué pasaría en la futura trama. Y la verdad es que el libro se me ha hecho tremendamente corto, no se si porque los protagonistas se mueven por muchos lugares durante poco tiempo, o porque tras la gran extensión del cuarto libro, cualquiera se ve demasiado corto jeje.
Tras lo ocurrido en el libro "El jinete de Plata" los protagonistas están indecisos. ¿Qué deben hacer? ¿Abandonarlo todo para ir a una época totalmente desconocida? Ni siquiera les parece demasiado justo que les hayan obligado a vivir todas esas cosas en las misiones para provecho de otros. Además las corporaciones Uriel y Prometeo pretenden construir el gigantesco objeto que revelaban los planos extraterrestres descifrados por el quipo de Selene en la novela anterior, a pesar de que no conocen exactamente su función. ¿A donde les llevará su creación?
Es por eso que se respira un aire hostil a nivel mundial: la mayoría de las corporaciones y federaciones no parecen estar de acuerdo con los planes de Uriel y Prometeo de llevar a cabo lo propuesto por los planos extraterrestres. ¿Marcará el inicio de una nueva guerra? Una cosas y otras, unidas a un hecho desalentador, hacen que los cuatro de Medusa, acompañados por Alejandra, viajen de vuelta a su época al principio de la novela (por lo tanto esta novela, casi en su totalidad, está situada en dicha época).
Una vez allí descubren que nada es como hubiesen imaginado. Ni sus verdaderas familias, ni la tecnología, ni las ciudades, ni las relaciones personales... todo cambia, y deberán acostumbrarse con rapidez a ello. La más afectada por este hecho es Alejandra, que con su rueda neural obsoleta se verá perdida en una sociedad que principalmente usa dicho medio para comunicarse, y llegará a plantearse si ha hecho bien acompañando a sus amigos.
Para asombro de los protagonistas el pueblo de los ictios no recibe el resultado de sus misiones con tanto entusiasmo como esperaban. Parece que después de todo varias personas han perdido parte de su interés, pues ha ocurrido algo increíble: ha vuelto a la Tierra Uriel, el ángel de la palabra. ¿Como es eso posible?
El pueblo de los perfectos son quienes gozan de la presencia de Uriel, y el príncipe Ashura les invitará a su maravillosa ciudad de Areté para que comprueben con sus propios ojos que es ella y den su confirmación a los ictios, algo reticentes.
Poder ver por fin las ciudades que los protagonistas conocían por relatos o imágenes de sus ruedas neurales, el reencuentro con un personaje muy especial y añorado en las anteriores entregas, el misterio del regreso de Uriel, y las inquietantes conspiraciones de Ashura, hacen que el ritmo de la novela sea muy rápido, tanto que me ha dejado con ganas de saber más ^^.
Ahora me espera el sexto, La puerta de Caronte, aunque como me gusta esperar un poco entre libro y libro de esta saga, no leeré por el momento. Sin embargo le he echado una mirada a las primeras páginas y he descubierto que está narrado en primera persona por Alejandra. Me ha parecido algo extraño, teniendo en cuenta que estamos acostumbrados a la tercera persona en los anteriores libros, además de que dicho personaje no parecía demasiado importante y en varias ocasiones actuaba bajo la sombra de Martín. ¿Tomará más protagonismo? Supongo que sí ^^.
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